Un diablo suelto por Fómeque, Cundinamarca


- ¡El diablo anda suelto! 
Eso refieren mis fomequeños cuando no se entiende el por qué o para qué de alguna conducta  denominada como (impropia). Al parecer persiste la dominación de la moral clásica... ¿Reinarán entonces los 10 mandamientos católicos? Luego de años de la colonia, de mitos y leyendas ante los casos de suicidio se ha popularizado nuevamente la figura del diablo que se hurto las campañas. 

- ¡Lo incorrecto es algo del diablo! 
Así se explican los fenómenos pueblerinos. La carismática compañera de mi abuela, la señora Bravo, hace honor de su apellido y entre arengas explica su forma de sentir y pensar...  
Grita: - ¡Todo se ha dañado! 
           - Los colegios mixtos permiten que las niñas salgan embarazadas... 

Jamás se pregunta por la educación, por la presencia de los padres, menos por le educación sexual o el proyecto de vida. Para algunos seres todo se entiende exclusivamente con los dioses y su culto católico, como una visión clásica y simple, igualmente asegura con firmeza que el Suicidio lo cometen quienes están alejados de dios. Mientras tanto será responsable dejar dicha premisa como pregunta:

- ¿El suicidio lo cometen quienes están alejados del dios? ¿Qué puede estar detrás?

Para no discutir con la abuela, alimento su idea del diablo., las conversaciones de los ancianos suelen muchas veces referir que las nuevas generaciones nacen enfermas y cansadas... Sin embargo grandes estudios han reportado las relaciones entre la genética y sociedad y vale la pena indagar: 

- ¿Cómo no nacen enfermos cuando algunos de los ancianos abuelos eran alcohólicos de chicha y fumadores de tabaco? 

Al parecer estamos ligados con cadenas generacionales y por ende los antepasados tienen algo de responsabilidad en la actual condición de estas generaciones. Las tertulias entre abuelas, llevan relatos de vida, muerte y dolor; y ante sus confesiones aparecen silencios instrumentales...

Breves momentos para recordar lo divino: 
- ¡Se callan las comadres, ambas miran al piso, exclaman: dios mío, hay virgen, señor mío! 

Atónito la ciencia es lejana, evidentemente la cultura predomina y en algunos casos con una profunda reflexión resulta particular vivir en el Macondo, se convive en medio de las tragicomedias, por un lado los religiosos hacen un aporte a la vida cotidiana, pero no conocemos si a esto le podemos llamar también delirio. Aspectos sociales que son trascendentales en la explicación del diablo que se escapó y de los casos de coterráneos que se quitaron la vida. 

Fotografía: Daniela Botiva

Las célebres comadres saben de la historia y descendencia de buena parte de la población, hablan del por qué y cómo se fue el anterior párroco, les parece curioso los hechos que llevaron a la salida del padre y muchas de ellas les gusta los canales como: (Cristovisión y Teleamiga, entre otros), quieren ver la misa como la comida, tres veces al día. 

Piadosas y con las manos entrelazadas vuelve a parecer el silencio instrumental
- ¡Se callan, miran al piso, exclaman: dios mío, hay virgen, señor mío! 

Vuelve a la retórica, ahora comentan de los peligros del mundo; de la vida, del pueblo y sin desparpajo aseguran que en el Municipio se convive entre las brujerías, el ateísmo y el sonoro diablo que parece haberse escapado de los cuentos míticos. Luego de horas de dialéctica llegan a la conclusión, que deben ir ambas al confesinario.  Se sienten pecadoras al entrometerse y hablar de los demás; algo cojas han llegado al hospital a sus típicos controles, caminan arrastrando los pies, las piernas, la cadera de lado y expresan que sus músculos ya no les funciona, sin  embargo, curiosamente el  músculo de la lengua no falla.... 

Inmerso entre la cultura, se puede suponer que si bien el diablo anda suelto, existen otros grandes peligros como la incomprensión de factores psicosociales, la falta de consciencia plena y de toma de decisiones.  Algunos no entienden los efectos lamentables de familias tóxicas, de situaciones traumáticas como violencias en todo su espectro, de intentos y/o abusos sexuales. igualmente se desconoce de los efectos migratorios, de la guerra de 50 o más años que ha tocado las almas que habitan Fómeque, por ende  la Gobernación de Cundinamarca y los entes territoriales deben estar comprometidos con la Salud Mental del Oriente de Cundinamarca. 

En dichos compromisos la cultura tendría que ser el punto de inicio para la mitigación de las principales problemáticas sociales y psicológicas, donde juntos debemos captura el diablo y tomar decisiones con una primera ruta de Conducta Suicida que dará las luces del camino que se debe empezar a emprender por estas tierras sin olvidar la tarea de cuidar y construir familias sanas. 


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